La vastedad de la pradera, la habilidad para arriar ganado, el patrimonio de la tierra, la protección de la familia, la nostalgia de las cabalgatas al atardecer, el surgimiento de nuevas ciudades y, finalmente, la conquista del oeste americano son algunos de los principales símbolos del western, estilo visual y narrativo que junto al cine negro son los únicos y genuinos géneros de la cinematografía estadounidense.

Desde los tiempos de La Diligencia (John Ford), y mucho antes, el western fue madurando como representación de la sociedad expansionista norteamericana. Los clásicos enfrentamientos entre la caballería montada y los comanches dieron paso a historias íntimas en torno a grandes hacendados, y a temáticas relacionadas con la corrupción de la justicia y las tribulaciones de héroes y villanos, así como la temeridad y cobardía de vaqueros enceguecidos por la codicia. El western son estos elementos y también es el espacio en donde se forja la rectitud, aunque apenas sobreviva en medio de las tribulaciones de personas que viven con miedo producto de sus virtudes.

Two Mules for Sister Sara contiene algunas de las características señaladas, pero también es una comedia contextualizada en un western. Estamos ante uno de los antecedentes del `buddy movie`, definición popularizada en los años ochenta con sagas del tipo Arma Mortal y que básicamente resume la idea de disparidad. Los protagonistas son una monja (Shirley MacLaine) y un buscavidas (Clint Eastwood), quienes deben enfrentar diversas aventuras para ayudar a un ejército de soldados revolucionarios mexicanos en su lucha contra tropas colonialistas francesas. Ambos personajes destacan por sus diferencias y, en particular, por la química entre McLaine y Eastwood. En la época en que se rodó el filme (1970) el realizador de Los Imperdonables estaba buscando cimentar su libertad creativa luego de su exitosa participación en la Trilogía del dólar (Por un Puñado de Dólares, Por unos Dólares más, El Bueno, el Malo y el Feo), la que fue dirigida por uno de sus mentores, el cineasta italiano Sergio Leone.

Two Mules for Sister Sara estuvo bajo la batuta de Don Siegel, director que se convertiría en uno de los principales colaboradores e influencias en la carrera de Eastwood, y que actualmente es reconocido por obras como La Invasión de los Usurpadores de Cuerpo, The Beguiled (cuyo remake a cargo de Sofia Coppola triunfó en Cannes), Dirty Harry y Alcatraz, Fuga Imposible, películas que desafiaban la autoridad y los convencionalismos de una época acostumbrada a los embates de la Guerra Fría. Lo interesante de Two Mules for Sister Sara son sus constantes guiños al Spaghetti Western, lo que se puede apreciar en el score de Ennio Morricone y en la utilización de algunos encuadres influenciados por dicho estilo cinematográfico. En cuanto a su historia, ésta presenta ciertas deficiencias. Sin embargo, el equilibrio interpretativo entre Eastwood y MacLaine consiguen superarlas. Son los momentos en que ambos protagonistas comparten escena cuando disfrutamos al máximo del filme, que en manos de otro director y actores podría haberse transformado en una mera declaración de buenas intenciones. Two Mules for Sister Sara está lejos de ser un western perfecto, si bien tiene la capacidad para posicionarse como una película entrañable.
Otro aspecto interesante es la caracterización de Eastwood, quien emula en parte al “hombre sin nombre” de las obras de Leone. En Two Mules for Sister Sara se llama Hogan y en sus intervenciones es mucho más expresivo, pero finalmente la templanza y actitud de Eastwood son los elementos que han hecho de él, hasta el día de hoy, una leyenda de sí mismo. El veterano actor y director surgió en los sesenta como una alternativa más representativa de la juventud contestataria de aquellos años, la que estaba algo cansada de la figura patriotera y discursiva de John Wayne.

A lo anterior se suma la comicidad de Shirley MacLaine, quien con su disfraz de monja levanta cada escena en la aparece, a la vez que asume la fortaleza y vulgaridad de su verdadera identidad. En 1969, la protagonista de Irma la Dulce estaba en el máximo de su popularidad, lo que le proporcionó a Eastwood la posibilidad de incursionar en nuevos registros como actor.

Two Mules for Sister Sara es la aventura de dos personas que son parecidas tanto en sus faltas como en sus virtudes. Aquí no prima la moralidad, pero si el sentido de entretención y espectáculo propio del western, un género que proliferó en la década del 50` (más de 50 producciones al año) y del que hoy apenas se estrenan un par de filmes. El trabajo de Don Siegel es pulcro y preciso en su clasicismo, y también nos recuerda la grandeza de las historias de vaqueros, de aquellos que eran esperados por el público cuando debían desenfundar su arma. Two Mules for Sister Sara es una obra que fácilmente se recuerda con alegría y también con la nostalgia de otros tiempos.

Título original: Two Mules for Sister Sara (Dos Mulas para la Hermana Sara) / Director: Don Siegel / Intérpretes: Clint Eastwood y Shirley MacLaine / Año: 1970.