En noviembre de 1976 Randall Dale Adams se cruzó con David Harris, un adolescente de 16 años que había realizado algunos robos a mano armada. Más tarde un policía era asesinado a sangre fría producto de varios disparos en su cuerpo y cabeza. La detención de un automóvil azul dio origen a un horrible crimen y también a un proceso legal que se extendió por varios años, y cuyo principal sospechoso era Randall Adams, quien luego fue declarado culpable.

En The Thin Blue Line el documentalista Errol Morris tomó un caso en apariencia insignificante. Se trataba de un asesinato más en torno a un culpable que ya había recibido sentencia. Sin embargo, Morris abordó con detalle las situaciones que produjeron este resultado, uno que partía de una premisa equívoca. En su película desmenuza el aparataje legal estadounidense, en donde todos tienen supuestamente acceso a un juicio justo. A través de algunas recreaciones y testimonios se revisa el relato de Adams y también cómo éste fue manipulado tanto por policías, fiscales, testigos y jueces. Morris hace tambalear el sentido de justicia, además de mostrar la verdad como una simple palabra carente de significado y relevancia.

En una parte del documental se hace alusión a la idea de la delgada línea azul. Ésta consiste en la separación que hace la policía y las fuerzas de orden para proteger a la ciudadanía de la anarquía. Lo cierto es que el documental de Morris muestra que la anarquía está presente en ambos lados de la mencionada línea. Por un lado, están los infractores de la ley, criminales que a punta de cañón asesinan a personas sin provocación alguna. La otra parte corresponde a la justicia, una que también puede conducirse en forma anárquica simplemente para rellenar el papeleo correspondiente, dejar a los medios tranquilos o para mostrar que la ley no se equivoca y es capaz de atrapar a los villanos de turno. Morris muestra estas contradicciones y lo hace a fuego lento, ya que deja que sus entrevistados revelen lo que salta como algo lógico a simple vista.

El documental de Morris exhibe los paradigmas de la sociedad sobre la base de una justicia endeble porque es protagonizada por hombres y mujeres que en ocasiones suelen ser negligentes con su trabajo y deberes. Incluso, al escuchar y ver a Randall Adams hablando en cámara uno percibe su inocencia y poca fortuna. En cambio, David Harris manipula la verdad, además de ser el resultado de una sociedad poco observadora sobre la tangibilidad del mal y sus posibles resultados. Morris nos conduce a través de los puntos de vista de estos dos hombres, a la vez que indaga un poco más en los orígenes de la rebeldía de Harris.

The Thin Blue Line fue uno de los documentales más comentados a fines de los años 80 no sólo por su desenlace, sino también por sus innovaciones técnicas. Morris ya había llamado la atención por Gates of Heaven, sublime obra sobre un cementerio de animales y la devoción de diversos dueños por sus mascotas. Después vino Vernon, Florida, filme que retrata el tedio de un pueblo en donde a simple vista no pasa nada, pero que entre líneas comunicó diversas ideas sobre la excentricidad y diversos modos de vida. Con The Thin Blue Line se hizo famoso, además de ser la obra en donde comenzaría a trabajar su estilo único y característico: reflexiones acompañadas por recreaciones, el score del compositor Philip Glass (dupla que se repetiría en la galardonada La Niebla de la Guerra), y el registro de vidas y hechos que suelen ser repudiables, pero que algo tienen de lógica. Morris es un cineasta que durante años ha sabido mostrarnos la condición humana junto con cierto sentido de lo estrafalario. Suele buscar rastros de humanidad en donde parece no haber nada, y también suele cuestionar a los espectadores desde sus lados menos inspiradores, siempre teniendo presente la veracidad que transmite la imagen.

The Thin Blue Line es una obra esencial del cine documental estadounidense. En ocasiones pareciera ser que somos testigos de un tipo de maldad que no siempre recibe su castigo. A ello se suma la visión de un ser humano que fácilmente puede entrar a un estado de decadencia moral producto de métodos, acciones y actitudes cuestionables. El filme de Morris es un relato en donde el azar suele delimitar parte de nuestra existencia y cómo un encuentro fortuito termina por cambiarlo todo, usualmente en dirección hacia el abismo más personal e inevitable. Cuando ya quedan pocos minutos, The Thin Blue Line nos sorprende todavía más y con una revelación que demostró la inocencia de un hombre que durante años fue tratado como culpable. No deseo contar el final de Randall Dale Adams y de David Harris (aquí lo pueden saber), ya que mi intención es alentarlos a que vean este documental y a que en sus últimos minutos contengan la respiración gracias al colapso de una mentira. The Thin Blue Line simplemente es un trabajo brillante y brutal que muestra como pocos el desdoblamiento de la verdad.

Título original: The Thin Blue Line (La Delgada Línea Azul) / Director: Errol Morris / Año: 1988.