Cuatro citadinos deciden pasar un fin de semana en bote por los remolinos y cascadas del río Cahulawassee, quizá uno de los últimos bastiones de la américa profunda que vive sus últimos días ante la inminente inundación que se originará a partir de la construcción de una represa. Provenientes de la ciudad de Atlanta, estos hombres se dejan llevar por deseos muy particulares que abarcan el contacto con lo primitivo y lo salvaje, el aburrimiento ante lo cotidiano, la búsqueda de lo simple y la puesta en práctica de rituales casi místicos relacionados con la camaradería y la capacidad de sobrevivencia. Sin embargo, lo que parece un inocente paseo entre amigos da paso a una pesadilla íntima y visceral que colinda con la barbarie del ser humano. Durante la travesía los protagonistas deben enfrentar la bestialidad de lugareños ajenos a la urbanización y las leyes, y que además sólo están familiarizados con la posibilidad de matar y sodomizar a posibles víctimas. El relato citado se transformó en Deliverance, una de las películas más emblemáticas de Warner Brothers durante los años 70´ por medio de un cine que pretendía conectarse con los intereses de las nuevas audiencias algo desencantadas por los idealismos del antiguo Hollywood.

Deliverance se rodó con un presupuesto inferior a los 2 millones de dólares, apenas tenía estrellas conocidas en su elenco y, finalmente, era una historia que incluía temas que eran tabú en aquella época (la violación de un hombre y referencias al incesto como práctica habitual en lugares apartados del EE.UU. urbano). Casi nadie quería saber de esta historia basada en la novela homónima de James Dickey. A pesar de ello, el director británico John Boorman apostó a la posibilidad de rodar un filme que se acercaba a los intereses autorales que han dominado casi la totalidad de su filmografía. Boorman se había hecho un nombre con Point Blank e Infierno en el Pacífico y vio en Deliverance una oportunidad para filmar en celuloide el contacto del hombre con la naturaleza, además de retratar la contraposición de mundos y personas totalmente diferentes en cuanto a costumbres y percepciones morales. Han pasado más de 40 años desde el estreno de este filme y actualmente su historia puede parecernos un poco ingenua y repetida, pero no debemos olvidar que fue la primera en su tipo en 35 milímetros.

Los protagonistas de Deliverance experimentan en carne propia un infierno personal y también colectivo y al cual se enfrentan a plena luz del día en idílicos parajes naturales, característica novedosa para el cine de la época. Boorman muestra como la civilización, el poder de la máquina y la industria, engullen todo a su paso, lo que acabará con pueblos y estilos de vida. De manera ingeniosa, se muestran algunos indicios de este choque cultural en los primeros minutos del filme, siendo uno de ellos la mítica escena del duelo musical entre un niño con síndrome de down y uno de los protagonistas (la famosa tonada Duelling Banjos interpretada por Eric Weissberg). Como espectadores, nos divertimos y emocionamos con la escena, la que finalmente es sólo una advertencia sobre el encuentro brutal entre dos estilos de vida totalmente opuestos. El personaje de Ed (Jon Voight) es el hombre que desea vencer su cobardía, Lewis (un increíble Burt Reynolds) es el tipo duro y el más apto en la escala de la sobrevivencia, Bobby (Ned Beatty) cree que todo se puede exteriorizar y conseguir a través del diálogo, y Drew simboliza la conciencia y la moralidad vana en el microcosmos de los rápidos. Todos ellos son puestos a prueba en una aventura que el público intuye que saldrá mal y, por cierto, increíblemente mal.


Se produce una sensación incómoda al ver las escenas de Deliverance, pero también éstas poseen un innegable magnetismo. El impacto cultural de este filme ha sido tal que en diversos ejemplos de la cultura popular se pueden identificar referentes (Los Simpson han citado el filme en más de una oportunidad). Otro aspecto que llama la atención está en que pocas veces se ha visto al EE.UU. ignorante, abandonado, incestuoso y analfabeto tan bien retratado en cámara. Pareciera ser que John Boorman de alguna manera se propuso desmitificar el exitista sueño americano. En vez de ello, el director de La Esperanza y la Gloria captó en cámara cierto grado de ruindad en los sobrevivientes del malogrado paseo en bote, situándolos en el silencio y la omisión, como si trataran de olvidar una pesadilla que nunca fue real, aunque ello significó el destino fatal de varios individuos. Deliverance finaliza con la ironía de la presa que se convierte en depredador, uno que es más peligroso porque es letrado y calculador.


Los montañeses que acosan a los protagonistas visualmente son repugnantes. Surgen del bosque como si fuesen grandes alimañas que sólo desean saciar el lívido y sus peores instintos. La escena en que sodomizan a Bob (Nead Beatty) y torturan a Ed (Jon Voight) es una de las más chocantes en la historia del cine. Boorman en forma astuta deja a un lado cualquier posibilidad de lirismo para optar por un plano largo sin cortes durante varios minutos, aspecto que marcará el ritmo de la historia, situación que está diseñada para producir en el espectador diversas reacciones. Queremos que los protagonistas sobrevivan, pero también deseamos vengarlos. A nivel moral nos enfrentamos a las mismas encrucijadas y en nuestras mentes fluyen decenas de posibles decisiones, unas más punitivas que otras.

Deliverance en una cinta de aventuras, la que se sustenta en un thriller psicológico con tintes de historia de terror. Abunda el suspenso en torno a una tragedia intimista que se desarrolla en un enorme e idílico paraje, el cual también se ampara en miedos que suelen acompañarnos durante toda la vida. Boorman realizó un filme de gran elegancia en cuanto a su puesta en escena. El director de Excalibir -otro de sus grandes trabajos- sacudió a una generación que se había olvidado de sus orígenes y precariedad, y también de una sociedad estadounidense más burda y salvaje de la que nadie desea hablar. Deliverance son nuestros temores, impulsos y culpas, es decir, sentimientos y sensaciones que perduran hasta el día de hoy.

Título Original: Deliverance (También conocida como Defensa) / Director: John Boorman / Intérpretes: Jon Voight, Burt Reynolds, Ned Beatty, Ronnie Cox y James Dickie / Año: 1972.