El cineasta Lindsey Anderson tuvo una filmografía muy acotada, apenas seis largometrajes en 25 años. También fue uno de los precursores del nuevo cine inglés con If…, aquella crítica social contra los establecimientos educativos y tradicionales de Inglaterra. Su última película fue Las Ballenas de Agosto, filme que reunió en pantalla a las legendarias Lillian Gish, actriz precursora del cine mudo y musa del cineasta D.W. Griffith; y a Bette Davis, diva del cine estadounidense en películas como All About Eve, Jezebel y ¿Qué fue de Baby Jane?, por nombrar sólo algunos títulos. En el filme también participó Ann Sothern y Vincent Price, célebre y querido actor que en la película de Anderson profundizó en una faceta alejada de sus incursiones en el género de terror, ámbito en donde se hizo famoso, principalmente por las obras inspiradas en Edgar Allan Poe llevadas al cine por Roger Corman en los años 60.

En Las Ballenas de Agosto se nos presenta la etapa crepuscular de las hermanas viudas Libby Strong (Bette Davis) y Sarah Webber (Lillian Gish). Ambas disfrutan de los paisajes naturales y del verano de las costas de Maine, a la vez que recuerdan mejores épocas y a sus difuntos esposos. Estamos ante una obra que habla de la vejez, de la vision sobre la muerte y del paso del tiempo. Son dos hermanas que en su juventud eran muy unidas y que en esta nueva etapa crepuscular sobrellevan el día a día, las enfermedades y el cansancio a partir del apoyo de una hacia la otra.

El filme de Anderson, que a su vez se basa en una obra teatral, se acerca más a una reflexión sobre la vejez. Sarah Webber es una mujer activa, agradecida de los momentos que vive y dispuesta a encontrar nuevos quehaceres. A su lado está Libby Strong, quien apenas puede ver. Esta condición la ha convertido en una mujer más amargada y desencantada hacia la vida, esperando de alguna forma un fatal desenlace. Las hermanas conversan entre ellas, se apoyan, contemplan la naturaleza que las rodean, pasean y recuerdan mejores tiempos. En cambio, su amiga Tisha (Ann Sothern) se esfuerza por verse más activa y coqueta. Estas ancianas, en su soledad y nostalgia, son acompañadas por dos hombres, el Señor Maranov (Vincent Price) y Joshua Brackett (Harry Carey Jr.). El primero es un elegante hombre de procedencia rusa, mientras que el segundo se dedica a los arreglos de la casa en donde viven las hermanas.

Lo interesante de Las Ballenas de Agosto son los conflictos. No hablamos de grandes peleas o enemistades, sino de otras diferencias que son parte de la edad, en especial con las que se vinculan con la visión de mundo y vida que va quedando. Estamos ante una obra que nos muestra la belleza de un contexto físico que parece eterno, mientras que los seres humanos pasan a ser flores que simplemente se machitan en medio de este gran escenario natural. Lindsey Anderson dedica especial atención a los detalles, a la valorización de los recuerdos ya sea en fotografías o cartas. El filme está repleto de reflexiones muy atingentes a la tercera edad, además de centrarse en protagonistas que temen situaciones asociadas a la sinilidad y el abandono.

En la películas hay escenas notables, las que sobrecogen por su naturalidad y también al mostrar la belleza detrás de la edad. Pienso en las escenas de Sarah cepillando el pelo blanco de Libby y también cuando ésta siente el aroma de un mechón de pelo de su difunto esposo. Otro momento que es bastante introspectivo para el espectador sucede cuando Sarah celebra el aniversario del fallecimiento de su esposo, a la vez que observa con detención y cariño su fotografía.

Las Ballenas de Agosto habla de la sabiduría y de la amistad, de lo inexorable que es el tiempo y de cierta pasividad que seguramente todos alcanzaremos en algún momento de nuestras vidas. En el filme hay frases imposibles de olvidar, entre ellas, “tengo algo de noviembre en mis huesos”, “he pasado mi vida vistando amigos”, “Blancas por veracidad, rojas por pasión” y “¿Usted ve ahí afuera como la luna lanza sus monedas de plata por la ribera? Sin duda, estamos ante reflexiones y momentos de innegable ternura e introspección liderados por intérpretes como Price, Davis, Gish y Sothern, y en lo que podría ser sus respectivas despedidas del cine. Las Ballenas de Agosto es uno de los filmes más contemplativos sobre la tercera edad que he visto (junto a El Estanque Dorado), además de ser una visión sobre una etapa crepuscular a la cual muchos espectadores se están acercando o viviendo. Imposible olvidar el plano final de las hermanas mientras se abrazan y miran hacia el horizonte buscando aquellas ballenas que las conectan con tiempos más jóvenes y promisorios. Este es un momento cinematográfico único e irrepetible entre dos leyendas del cine.

Título original: The Whales of August (Las Ballenas de Agosto) / Director: Lindsey Anderson / Intérpretes: Bette Davis, Lillian Gish, Vincent Price, Ann Sothern y Harry Carey Jr. / Año: 1987.