El cine de Mike Leigh (Mr. Turner) nos ha mostrado la urbanidad de la sociedad británica, acercándonos a las miserias y soledades de personas en diferentes circunstancias y realidades. Sus protagonistas, desde diversos ámbitos sociales, cargan culpas y dolores producto de anhelos rotos. Aquella disfuncionalidad es la que se retrata en Secretos y Mentiras, sobrio filme que obtuvo más de 30 galardones, entre ellos, cinco nominaciones a los premios Oscar en 1996.

El contexto de Secretos y Mentiras se sitúa en las omisiones de personas que en su mayoría viven frustradas. Hombres y mujeres buscan ser amados y aceptados, y para ello mienten y esconden sus verdaderos padecimientos afectivos. Maurice (Timothy Spall) y Cynthia (Brenda Blethyn) son hermanos distanciados. El primero es exitoso gracias a su trabajo como fotógrafo. Se dedica a retratar a personas de distintas edades, siempre con una sonrisa. Mike Leigh aquí establece su primer concepto, la idea de la imagen como un espejo distorsionado de la realidad. Siempre al ver fotografías se muestra el lado amable del fotografiado, su mejor semblante, pero aquello es momentáneo. Es una alegría fugaz en medio de una extensa secuencia de incertidumbres y penas, las mismas que se expresan en el semblante de Maurice.

En otra realidad más suburbana está Cynthia (Brenda Blethyn), mujer de poca suerte que tiene que lidiar con las omisiones de Maurice, la rebeldía de su hija Roxanne (Claire Rushbrook) y una intensa inseguridad. Estamos ante una persona maltratada, cuya soledad la ha conducida hacia un aislamiento emotivo, sexual y maternal. Todo cambia cuando conoce a Hortence (Marianne Jean-Baptiste), una mujer de color que busca en forma desesperada a su madre biológica. El director de Happy-Go-Lucky aborda otro interesante concepto, el de la maternidad en torno a la tolerancia racial. Nos plantea como espectadores preguntas que suelen ser incómodas, en especial ante una sociedad usualmente jerarquizada y de sustento histórico colonialista. Lo relevante es que ambas mujeres logran olvidar sus heridas a través de la conversación y el intercambio de experiencias desde dos realidades totalmente distintas.

Secretos y Mentiras es una película de conversaciones y silencios, y también de miradas de personas castigadas desde la afectividad. Nos muestra la acumulación de rabias, las que terminan por explotar en la cara de todos. Las escenas finales del filme son alucinantes y me recuerdan esas peleas familiares en las que todos terminan llorando y después perdonándose, la calma después de una extensa tormenta. Todos los miedos y frustraciones muestran su verdadera dimensión, sin importar quienes resulten afectados en el camino. Secretos y Mentiras es la vida misma, sincera y sin pretensiones desde una visión menos fashion de lo que fue en su momento la también loable Belleza Americana.

Mike Leigh realizó una de las películas más crudas de los años 90, mostrándonos de paso una generación mortificada y con mucha angustia. Grandes aplausos para Timothy Spall, Brenda Blethyn y Mariane Jean-Baptiste, cuyas interpretaciones contienen una conmovedora humanidad. Sin duda, estamos ante el imperdible cine inglés de los 90.

Título original: Secrets & Lies (Secretos y Mentiras) / Director: Mike Leigh / Intérpretes: Timothy Spall, Brenda Blethyn, Phyllis Logan, Claire Rushbrook, Marianne Jean-Baptiste, Elizabeth Berrington, Michele Austin, Lesley Manville y Lee Ross / Año: 1996.