El principal interés del cineasta Michael Mann siempre ha sido el rigor y la dedicación hacia el trabajo. Sus personajes se mueven a través de códigos muy diferentes, ya sea del hampa, la ley, el periodismo y las agencias de gobierno. Sin embargo, todos tienen en común la dedicación hacia labores que trascienden por sobre la familia y las relaciones interpersonales. Los protagonistas del cine de Mann son hombres que viven torturados por su sentido del deber y lealtad, independiente de las moralidades sociales por donde se mueven.

Estamos hablando de cualidades que se vinculan con la obsesión personal, usualmente acompañados por escenarios estilizados en los que abunda el neón, las canciones de moda, ambientes nocturnos y un sentido de modernidad y sofisticación que pareciera ser irreal. Ciudades como Nueva York, Miami y Chicago lucen nuevas facetas en el cine y proyectos televisivos del director de El Último de los Mohicanos. Podemos apreciar calles mojadas y tonos visuales usualmente fríos, los que evocan los pensamientos de policías y criminales, siempre enfocados y preparados. Mann es de esos pocos directores que son capaces de mostrar disputas personales como si fuesen verdaderas epopeyas, debido a que sus personajes se juegan literalmente la vida, en todo momento y lugar. En el cine de Mann no hay héroes o villanos, sino más bien antihéroes que han sido amputados emocionalmente. Lo anterior, producto de traumas familiares y pasados turbulentos.

Casi la totalidad de la filmografía de Michael Mann ha mantenido una constante en relación a sus intereses como autor, a la vez que se trata de películas que nunca han perdido su vigencia visual. Son obras adelantadas a su época de estreno y, por tal motivo, ver su debut cinematográfico resulta ser una experiencia muy gratificante porque ha mantenido su autenticidad. En 1981 debutó en un largometraje para el cine en torno a un relato intimista en relación a un ladrón de cajas fuertes. Se trataba de Thief (Ladrón), probablemente uno de los filmes más subvalorados de la década de los años ochenta, y con una de las interpretaciones más contenidas de James Caan (Misery).

Thief es la historia de un criminal que viene de vuelta, y que también busca la posibilidad de salirse de una vida que le ha traído experiencias en la cárcel, un fracaso matrimonial, dinero y, sobre todo, mucha soledad. Caan interpreta a Frank, un artesano que es capaz de adentrarse en cualquier tipo de caja fuerte. Es un sujeto dedicado, analítico y profesional que ha desempeñado durante años el mismo show, pero en diferentes circunstancias. De alguna forma, simboliza un anacronismo, una persona que se guía y administra a través de su propia individualidad, sin tener que transar con nadie y sin necesidad de poder. Pero en su otra faceta es un hombre solitario que pese a su éxito como ladrón identifica la necesidad de estrechar vínculos en lo que parece ser una crisis de la mediana edad.

Frank es existencialista en pensamiento, pero muy pragmático en los hechos. Cuando conoce a Jessie (Tusday Well) detecta una oportunidad para sentar cabeza, y también de la mano de un último trabajo por encargo. En el cine de Mann siempre hay una escena en donde los protagonistas exponen lo que son, lo que quieren y hacia dónde van. Lo anterior, usualmente ante una ventana que suele reflejar o simbolizar parte de aquella dualidad-fragilidad secreta o escondida que tienen, y que suele atormentarlos. El detective Will Graham (William Petersen) le hablaba al asesino serial que lo consumía en Manhunter. Otro ejemplo sucede con Jeffrey Wigand (Russell Crowe) en El Informante, cuando observa desde la habitación de un hotel las oficinas de la tabacalera que busca desprestigiarlo. Bueno, en Thief tenemos a James Cann relatando su filosofía de vida en un café en medio de la noche. Es un momento en el que le declara incondicionalidad a su objeto de deseo que es Jossie. Dicha escena no sólo resume la capacidad interpretativa de James Caan, sino también se asemeja a una confesión en donde un criminal está buscando desesperadamente algo de compasión, a la vez que relata cómo fue su vida y su visión pragmática respecto del mundo que le rodea. Son sus principios que se encuentran con el espectador, uno que es incapaz de juzgarlo.

Michael Mann humaniza a Frank, tratando de que comprendamos su ética. Esta característica deliberada también sucedía con los protagonistas de Heat (Fuego contra Fuego). Como espectadores queremos que triunfe el detective Vincent Hanna (Al Pacino), pero también el criminal Neal McCauley (Robert De Niro).  Aquella ambivalencia, en donde nada es tan blanco o tan negro, es lo fascinante del mundo de Mann. En Thief somos consciente del lugar en donde se mueve Frank, si bien lo respetamos, le creemos y admiramos su virilidad porque finalmente es un hombre de palabra, de una sola línea, y aquella característica de por sí es extraordinaria en el mundo del crimen, en donde todos suelen tenderse trampas. Frank no se arrepiente de quién es, a la vez que es un hombre que quiere seguir adelante, sacrificando de paso su principal talento que es vulnerar cajas fuertes.

Thief es una película sobre los códigos morales y la expertise de un protagonista que está sólo en una cruzada contra el tiempo, muy bien acompañado con el lacónico score de Tangerine Dream. Frank es un diamante en bruto que nunca se ha dejado domesticar, menos por el ámbito del hampa al cual pertenece. A veces creo que los personajes que habitan en los filmes de Mann nos miran a nosotros, a los espectadores, para que busquemos nuestras propias dualidades. Los seres humanos tendemos a juzgar a nuestros pares, siempre en silencio. Evaluamos entre lo que nos parece ofensivo o repudiable. Sin embargo, en el cine de Mann todo está permitido, aceptamos lo que vemos y a quienes vemos. De alguna forma, y al igual que los personajes de sus historias, también nos observamos ante una ventana, la del cine en su máxima dimensión.

Título original: Thief (Ladrón) / Director: Michael Mann / Intérpretes: James Cann, Tuesday Weld, James Belushi, Robert Prosky y Willie Nelson / Año: 1981.