1993 fue el año en donde el VIH (el virus de la inmunodeficiencia humana) adquirió cierta notoriedad a nivel audiovisual. Luego de una década en la que Hollywood veía morir a sus artistas, entre ellos, a intérpretes del otrora sistema de estudios como Rock Hudson y también astros de la música como Freddy Mercury; la industria se atrevió a profundizar en la fatal pandemia, tanto en cine como en la televisión por cable.

El cineasta Jonathan Demme (1944-2017) tuvo una carrera cinematográfica bastante ecléctica, integrada por filmes dramáticos, de comedia negra, guiños permanentes al ámbito musical y del videoclip, cine documental, diversos remakes y la obra que lo consolidó como director: El Silencio de los Inocentes, el primer filme de terror en obtener el Oscar a Mejor Película de 1991. Se trató de una hazaña que poco le gusta reconocer a los críticos de cine, la que catapultó a la fama mundial a Jodie Foster y, en especial, a Anthony Hopkins en su rol del psiquiatra-psicópata, Dr. Hannibal Lecter.

Jonathan Demme venía de la escuela de Roger Corman, es decir, sabía adaptarse a cualquier tipo de encargo cinematográfico. Tenía la capacidad para filmar con pocos recursos y a lo largo de toda su carrera siempre se pudo observar a un cineasta inquieto, el cual buscaba nuevas historias. Luego del éxito de El Silencio de los Inocentes, Demme quedó con la vara muy alta, con todos preguntándose qué iba a filmar o bien si sería capaz de repetir el éxito basado en la novela homónima de Thomas Harris. Bueno, finalmente desarrolló Filadelfia, obra que se estrenó en 1993, un año en el que estuvo de moda relevar temáticas complejas de nuestra historia, entre ellas, el holocausto judío en La Lista de Schindler; y la búsqueda de la verdad y justicia en torno al conflicto entre ingleses e irlandeses de Irlanda del Norte, en películas como En El Nombre del Padre.

Filadelfia se presentaba como una apuesta arriesgada con el protagónico de Tom Hanks, quien provenía del género de la comedia. Pocos se lo imaginaban en un drama, pero gracias a la destreza en la dirección de actores de Demme, fuimos testigos de un Hanks casi irreconocible. Su performance de Andrew Beckett (que le valió el Oscar a Mejor Actor), el brillante abogado abandonado y expulsado por sus empleadores. Lo anterior, a partir de las sospechas sobre su enfermedad. Por primera vez el cine americano se atrevía a contar una historia sobre un hombre homosexual que padecía VIH, y por medio de un juicio que iba mostrando el desconocimiento, la indiferencia y miedo que producía el señalado virus.

Filadelfia tiene elementos notables que en un primer visionado son difíciles de identificar. Lo primero es el recurso audiovisual de Jonathan Demme en relación a las miradas (algo en lo que Hitchcock era un maestro). Todos los personajes de Filadelfia expresan diversos pensamientos con la mirada. Algunas de ellas son de temor, otras de absoluta empatía. También las hay de aceptación, de rechazo y de pena. La tristeza de Andrew Beckett es abrumadora, un hombre al que se le va la vida de a poco, y que además fue anulado por sus pares. Imposible olvidar a Hanks cuando relata qué significa la aria La Mamma Morta, en la voz de Maria Callas. Es una escena de profundo desgarro emocional en la que Beckett manifiesta a su colega Joe Miller (Denzel Washington) la dimensión humana en torno al VIH. Las miradas de Demme, recurso que también utilizó en El Silencio de los Inocentes, van marcando el ritmo de Filadelfia, en donde Joe Miller representa al espectador. Miller, al principio, reacciona con rechazo, pero después comienza a aceptar al otro, encontrando las similitudes en medio de las diferencias.

Un segundo ámbito que destaca el filme son las escenas en la corte, la batalla legal entre Beckett contra sus ex empleadores. Demme filma las escenas con cierto clasicismo audiovisual, entregando de paso a los espectadores la mayor cantidad de información posible. Nos enfrentamos a diversos puntos de vista, tratando de comprender la vida sexual del joven abogado, además de su soledad y las perplejidades de una época en donde poco se hablaba ya sea de la homosexualidad o bien de las diferencias raciales al interior de las oficinas, usualmente ocultas detrás de la burocracia. Es interesante como Filadelfia se adelantó o bien fue precursora en este tema.

Filadelfia básicamente es la búsqueda de dignidad negada por los demás. Es la identificación del dolor en torno a uno de los virus más crueles que ha conocido la humanidad, y del cual aún no hay una cura. Jonathan Demme realizó un filme que crece con cada uno de sus visionados, poniendo en la coyuntura de la época un tema que era complejo de conversar, dialogar y abordar. Recuerdo que su película terminó transformándose casi en un material pedagógico para muchos colegios y, en especial, para las universidades. Más allá de su impacto, Filadelfia también es una notable vitrina para sus intérpretes, destacando no sólo Hanks, sino también Washington y Jason Robards.

Es una lástima que Jonathan Demme ya no esté entre nosotros. Varias veces vi sus entrevistas, y también me percaté que tenía un profundo conocimiento audiovisual. En su carrera tuvo notables aciertos (Something Wild, filme rescatado en nuestra página), pero también experimentó sonados fracasos como La Verdad sobre Charlie, remake innecesario de Charade. Ahora bien, sin duda creo que fue un importante cineasta que gracias a El Silencio de los Inocentes y a Filadelfia nos acercó a un cine que todavía sigue siendo importante, con contenidos atingentes a nuestra humanidad.

Sólo como nota al margen, también destaco de 1993 la película para la televisión And the Band Played On (de Roger Spottiswoode), en la que desde el protagónico de Matthew Modine se explica la aparición del VIH, sus impactos, reacciones y la lucha entre médicos franceses y estadounidenses para identificar el mortal virus. Sin duda, una obra también recomendable disponible en HBO Max.

Título original: Filadelfia (Philadelphia) / Director: Jonathan Demme / Intérpretes: Tom Hanks, Denzel Washington, Jason Robards, Joanne Woodward, Antonio Banderas, Roger Corman, Charles Napier y Mary Steenburgen / Año: 1993.