El cineasta británico Alan Parker abandonó este mundo en 2020 con 76 años, pero de alguna manera se fue antes. Esto porque en 2003 estrenó La Vida de David Gale, su último filme para luego retirarse definitivamente del cine. Dicha obra no tuvo mayor impacto a nivel de crítica y público, un contexto muy distinto al que experimentó Parker en los años 80, periodo en que muchos de sus filmes pasaron a formar parte de la cultura popular, tanto mundial como estadounidense.

Alan Parker se aburrió del actual sistema de estudios, de la dificultad para financiar proyectos y poco a poco fue apagándose, salvo algunas apariciones para recibir premios en reconocimiento a su trayectoria. Lo cierto es que al director de Birdyse le echó mucho de menos en sus últimos años de vida, ya que su obra siempre logró concientizar a los espectadores sobre diversos ámbitos, entre ellos, los conflictos raciales, la sociedad de consumo, los traumas de la guerra y la necesidad de surgimiento en contextos sociales poco favorables, teniendo presente la contraposición entre idealismo/juventud y el tradicionalismo de la cultura británica.

Debo reconocer que el filme que más me ha marcado de Alan Parker fue El Expreso de Medianoche, con un Brad Davis sometido a los vejámenes del sistema carcelario turco. Rescaté el filme en las páginas de Espectador Errante hace algunos años, pero en esta ocasión quiero hablar de Los Commitments, que en palabras del propio Parker se trató de su mejor experiencia al rodar una de sus películas. El filme, basado en la novela homónima del escritor Roddy Doyle, se ambienta en la ciudad de Dublín, en donde un joven emprendedor llamado Jimmy Rabbitte (Robert Arkins) planifica y pone en marcha la creación de una banda para revivir la música soul. Este ritmo proveniente de la cultura afroamericana de Estados Unidos y que popularizaron artistas como Marvin Gaye,The Temptations y Sam Cooke, es la respuesta para una sociedad que a duras penas puede sobrevivir el día a día. Jimmy Rabbitte se compromete con la idea de transmitir a los espectadores un estilo musical que resalta la sexualidad y, principalmente, melodías que provienen del corazón, y que además suelen ser desgarradoras en las temáticas que aborda.

Los Commitments se centra en los pormenores en torno a la creación de un grupo musical, en donde se combinan la madurez, experiencias, anhelos y estilos de cada uno de sus integrantes. Vemos en pantalla cómo esta nueva banda emerge desde el anonimato hasta una suerte de éxito fugaz y la respectiva disolución. Ahora bien, lo que resulta fascinante del filme son todos esos momentos. Prácticamente, asistimos a una suerte de espectáculo en vivo. Nos encariñamos con las personalidades de cada miembro de Los Commitments, sus ensayos, peleas, romances y aquella sensación de querer trascender en medio de una vida anodina. El filme de Parker muestra los esfuerzos de jóvenes apasionados, los que como un reloj suizo consiguen sincronizarse para transmitir las canciones más desgarradores y representativas del soul.

Alan Parker filma calles, bodegas, pasajes, iglesias y casas que se van impregnando de la música. Da lo mismo tener un contrato o recibir dinero por un show, ya que aquí lo que más importa es cantar, vociferar tonadas con toda la pasión posible. Asistimos a la conformación de un micro universo de personas tan disímiles unas con otras, pero que al final se encuentran a sí mismas en la música. Parker muestra clubes de barrio y centros de eventos comunitarios dispuestos a recibir las canciones de un grupo de personas totalmente desconocidas, pero con muchas ganas de ser algo más.

Toda la filmografía de Alan Parker está pensada para remecer los sentidos, incluso desde sus silencios. Su obra siempre generó atención, cuestionamientos y una dirección de actores sobresaliente. En otra arista, todas las películas del responsable de Mississippi en Llamas se sustentan en una dirección de arte superior a la media. Son filmes que logran, hasta el día de hoy, trasladar al público hacia otras realidades. Se trata de una visión que incluye siempre al espectador, casi como si fuese un personaje más en sus obras.

Lo anterior, adquiere mayor significado en el apartado del género musical. En las obras que siguen esta línea, bajo la batuta de Parker, se puede apreciar una siempre acertada estética pop y rockera muy representativa de fines de los años setenta y, sobre todo, de la cultura del video clip de los ochenta, aún si los filmes transcurrían en otras épocas. Las secuencias visuales de Birdy se alimentan del score de Peter Gabriel, Pink Floyd:The Wall traduce en imágenes las composiciones de dicho artista, la soledad y sometimiento de Brad Davis en El Expreso de Medianoche se expande gracias al score de Giorgio Moroder y Corazón Satánico consigue incomodar gracias al siempre acertado compositor Trevor Jones. Sucede algo similar con Los Commitments, cuya banda sonora, sus canciones, son el alma del grupo. Tal fue el impacto de esta película que de ella surgió y se consolidó la banda irlandesa The Commitments que hasta el día de hoy ofrece conciertos en diversas partes del mundo, y que entre sus músicos mantiene a parte del casting original del filme.

Alan Parker realiza una obra que destaca por su falta de pretensiones, ya que estamos ante un relato sin contenidos moralizantes a diferencia del resto de su filmografía. Los Commitments es el auge y caída de una banda que tuvo su oportunidad, si bien por diferencias humanas vuelve al olvido. Es una película que transmite la idea de aquellos grandes momentos que son parte de la vida, ya sea de la infancia, adolescencia o adultez. Esas oportunidades que todos hemos tenido, pero que por diversas razones perdemos en el camino. De esta forma, el filme se convierte en un viaje alucinante, creativo y muy creíble, ya que la mayoría de sus intérpretes son músicos, a la vez que tampoco eran actores profesionales. Esta particularidad otorga credibilidad al filme, uno que indudablemente sirvió de inspiración para obras posteriores como The Full Monty.

Es importante rescatar el trabajo de Alan Parker, un cineasta con una visión y técnica visual propia. Lamentablemente, no hay muchos libros sobre su trabajo. Los Commitments es una película que alegrará el alma de cualquier cinéfilo que la vea. A mí, por lo menos, todo el trabajo de Parker siempre me alegró el espíritu y aquello continúa sucediendo. No cualquier cineasta consigue apelar al alma de los espectadores.

Título original: The Commitments (Los Commitments) / Director: Alan Parker / Intérpretes: Robert Arkins, Angeline Ball, Maria Doyle Kennedy, Michael Aherne, Dave Finnegan, Bronagh Gallagher, Glen Hansard, Félim Gormley, Dick Massey, Andrew Strong, Johnny Murphy, Colm Meaney, Andrea Corr y Ken McCluskey / Año: 1991.