Las historias de las novelas de John Le Carré hablan de lealtades, decepciones, ideales, romances y muchos secretos. Expresan el epítome de la Guerra Fría y también profundizan sobre cómo funcionan los organismos de inteligencia, sus vueltas de carnero y sus dobles agentes. La primera vez que el cine adaptó su pluma fue con El Espía que Vino del Frío, notable filme de 1965 con un efectivo Richard Burton y bajo la batuta de Martin Ritt. Décadas más tarde vinieron las elogiadas El Jardinero Fiel de Fernando Meirelles, El Hombre más Buscado de Anton Corbjin, Tinker Tailor Soldier Spy de Thomas Alfredson y una adaptación que me gusta mucho, si bien no tuvo una muy buena recepción el año de su estreno: El Sastre de Panamá de John Boorman.

En esta ocasión quiero hablar de La Casa Rusia de Fred Schepisi, obra que reunió a la pareja protagónica conformada por Sean Connery y Michelle Pfeiffer. En este filme, el otrora agente secreto James Bond, encarga a Barley, un editor de libros que recibe un manuscrito que especifica la real capacidad nuclear de la Unión Soviética. Los servicios de inteligencia británicos se interesan por dicho material, y terminan utilizando a Barley como doble agente y principal enlace con Katya, una hermosa joven rusa; y Dante (Klaus Maria Brandauer), el supuesto informante de apetecibles y peligrosos secretos.

Más allá de la historia, ¿qué hace interesante a La Casa Rusia? Diría que sus diálogos en torno a una particular cadencia audiovisual, en gran parte gracias al score de Jerry Goldsmith integrado con la trompeta de Branford Marsalis. En las películas de hoy casi no hay tiempo para nada, con personajes delineados en cartón piedra. En cambio, en el filme de Schepisi hay tiempo, y mucho, para comprender quién es Barley, sus ideales y también su pragmatismo. Barley ama la cultura rusa, y también está la fascinación que le produce Katya, en esa belleza gélida y delicada que sólo Pfeiffer podía expresar por aquellos años. Entre ambos protagonistas hay complicidad, miradas y silencios. Una historia de amor en ciernes y madura en medio de un monitoreo permanente de la inteligencia británica y estadounidense, abordando todos sus subterfugios y manipulaciones. Lo anterior, en torno a un variopinto grupo de secundarios: Roy Scheider, James Fox, John Mahoney, J.T. Walsh, David Threlfall y Ken Russell, director de películas como Estados Alterados y Tommy. El papel de Russell es alucinante y extravagante, en especial sus mordaces comentarios.

La Casa Rusia muestra el clima de desconfianza entre diversas potencias, las que, en calles, cafés, vehículos y plazas, jugaban al gato y al ratón. El filme no contiene mucha acción, pero sí un permanente estado de intriga sobre qué es, qué piensa y qué defiende cada personaje. Sean Connery realiza uno de sus papeles más sobrios y con mucha naturalidad, alejándose de la figura de sex symbol de los años 60 y 70. El filme se rodó en las calles de Moscú, de un país que entre 1989 y 1990, el año de estreno del filme, estaba colapsando, más aún con la caída del Muro de Berlín en Alemania. Lo interesante es que un equipo estadounidense logró en esos tiempos rodar en la Plaza Roja, con un Kremlin que comenzaba a bajar la guardia, hasta 1991 cuando se desintegró la Unión Soviética. El filme de Schepisi nos permite adentrarnos en los mercados y calles golpeadas por una fallida perestroika.

La Casa Rusia también es una oportunidad para apreciar el trabajo de Fred Schepisi, director australiano que tiene varias películas interesantes en su filmografía, entre los que se puede contar Un Grito en la Oscuridad,Seis Grados de Separación, The Chant of Jimmie Blacksmith (obra relevante del Nuevo Cine Australiano) y la miniserie para la televisión Empire Falls. También tiene a su haber otros trabajos más convencionales, pero que también se dejan ver con agrado, estando en este listado algunas comedias como Roxanne, Mr. Baseball, I.Q, y Iceman, una obra de aventuras y ciencia ficción a explorar y rescatar.

Volviendo a La Casa Rusia, creo que este es uno de los filmes más subvalorados de principio de los años 90. Decidí rescatar esta película no sólo por las virtudes antes comentadas, sino porque disfruté mucho al verla, admiré aún más a Sean Connery y, al igual que su personaje de Barley, me enamoré, una vez más, de Michelle Pfeiffer. La Casa Rusia es un testimonio de la Guerra Fría, de años en donde el mundo se debatía a través de secretos, micrófonos y dobles intenciones.

Título original: The Russia House (La Casa Rusia) / Director: Fred Schepisi / Intérpretes: Sean Connery, Michelle Pfeiffer, Roy Scheider, James Fox, John Mahoney, J.T. Walsh, Klaus Maria Brandauer, David Threlfall y Ken Russell / Año: 1990.