Tom Selleck podría haber sido Indiana Jones, pero la cadena televisiva CBS no se lo permitió producto de su contrato con la serie Magnum, P.I. (1980-1988). Seguramente, el actor debió haberse lamentado de aquel suceso, pero también es cierto que cada rol encuentra finalmente a su protagonista. Harrison Ford siempre será Indiana Jones y Tom Selleck siempre será el detective Thomas Magnum. Lo interesante en la carrera del actor es que usualmente su éxito ha estado asociado al ámbito de la televisión. Experimentó incursiones en cine, algunas exitosas y otras no tanto, entre las que podemos comentar el hit Tres Hombres y un Biberón, la discreta High Road to China, una suerte de Indiana Jones con menos recursos y sin la imaginería de Steven Spielberg; y otras películas de culto como Runaway dirigida por Michael Chichton. También destaco la notable Quigley Down Under de Simon Wincer y el haberse atrevido a jugar con un rol distinto en su filmografía, el de un periodista homosexual en la comedia In & Out junto a Kevin Kline.

Llegamos al siglo XXI y Tom Selleck necesitaba revitalizar su carrera con un papel acorde a su edad. Aquella oportunidad llegaría con las películas para la televisión sobre Jesse Stone, personaje literario creado por el escritor Robert B. Parker. En la primera entrega, Stone Cold, el actor fue definiendo uno de los personajes más interesantes de la televisión por cable, alcanzando un arrollador éxito en las versiones en formato DVD. El cineasta Robert Harmon (autor de esa obra de culto de los años ochenta llamada The Hitcher, junto a Rutger Hauer) desarrolló un estilo único, la cadencia necesaria para comprender el universo literario de Parker en torno a un policía que tenía que encarar su última oportunidad.

Jesse Stone llega al pueblo de Paradise, Massachusetts, a pocos kilómetros de la ciudad de Boston. Luego de un divorcio y de haber sido expulsado de la policía de Los Ángeles producto de su recurrente alcoholismo, Stone es contratado como sheriff de una localidad que a simple vista parece un lugar inocuo, en donde nada pasa. Sin embargo, Paradise presenta diversos contextos que ponen a prueba la sagacidad de Stone, su pericia y varias corazonadas que suelen dar con la verdad. Jesse Stone no sigue las reglas habituales, a la vez que siente un compromiso y sentido de responsabilidad con las personas que piden su ayuda o, más bien, con aquellas almas que experimentan violencia, desdén e injusticias. Paradise dista mucho de ser un lugar paradisiaco. Al contrario, hay crimen, traiciones, abusos e historias que hablan de cierta deshumanización en torno al ideario social estadounidense. Se podría decir que los filmes sobre Jesse Stone exhiben el lado b de un ecosistema en el que habitan personas amortajadas por sus culpas, faltas y omisiones. En Paradise, Jesse Stone tendrá algo de redención al igual que los hombres y mujeres que se cruzan por su camino.

Lo que más me apasiona de los filmes de Jesse Stone son los silencios, además de momentos que transcurren si prisa. La mirada y modismos de Tom Selleck construyen un Jesse Stone atribulado y algo cansino. Lo observamos mientras toma más de un vaso de whisky, a la vez que intuimos parte de sus pensamientos en medio de una inconmensurable soledad. Incluso, aunque tenga un perro adoptado, es un personaje que lo define su aislamiento. Sólo el trabajo, el poder investigar distintos casos, le permite tener una suerte de propósito, algo más trascendental y superior a sus propios demonios. En el fondo, Jesse Stone representa la justicia, lo que es correcto, si bien parece siempre algo desconectado de la afectividad y de los demás. Lo anterior, porque es consciente de la maldad que lo rodea. Sabe que el mundo está rodeado de diferentes tonos de grises, a la vez que trata de proteger a quienes más puede de aquella oscuridad. A lo largo de los filmes de Jesse Stone lo podemos ver en notables escenas junto a su psiquiatra interpretado por William Devane. Son momentos que nos permiten profundizar en sus lamentos y tristezas, y también frustraciones y contrariedades.

Las películas sobre Jesse Stone tienen ámbitos en común, si bien cada una explora una faceta particular de su protagonista y de quienes le rodean. Jesse Stone, desde su casa en medio de un islote, observa con nostalgia y cierto pesar lo que es la vida, lo que representa. Sabe que está en un oasis que muestra pura belleza, una naturaleza casi prístina. Sin embargo, todo lo malo parece que termina por alcanzarlo, de una u otra forma. Gran mérito en la conformación de Jesse Stone se lo debemos a Robert Harmon, quien dirigió la mayoría de las películas dotándolas de un ambiente que resulta cercano al espectador. Es cierto que a veces se nota su procedencia televisiva, si bien la saga se esfuerza por desarrollar una mayor profundidad. En muchas escenas persiste un tratamiento cinematográfico, el que es muy bien acompañado por la versatilidad de su casting e intérpretes invitados. Cada uno aporta una dimensión en la conformación de Jesse Stone.

La saga de Jesse Stone es un policial muy bien aderezado con el score de Jeff Beal, cuyas melodías transmiten la complejidad del maduro policía. A ello se suman los momentos en que escucha el Intermezzo Op. 118, No.2 de Johannes Brahms, pieza que habla de la tranquilidad, soledad y complejidad de las emociones por las que atraviesa Jesse Stone. Tom Selleck ya tiene 79 años siguiendo muy activo con su serie Blue Bloods. Ahora bien, echo profundamente de menos sus películas sobre Jesse Stone, las que comenzaron en 2005 y finalizaron en 2015. Fueron nueve entregas, si bien por ahí ronda la idea sobre la realización de un décimo capítulo de la saga. Es importante destacar que Selleck siempre se involucró activamente en estas películas, produciéndolas y escribiendo parte de sus respectivos guiones.

Jesse Stone es uno de los grandes roles de Tom Selleck. Cuando veo las películas sobre el atribulado policía me siento muy identificado con su visión de mundo, con su soledad e inquietudes. Me encantaría vivir en un lugar como Paradise, con sus soles y bemoles, a la vez que pienso en la cantidad de policías y servidores de la ley que seguramente deben ser como Jesse Stone, con aquel hiper sentido de responsabilidad hacia los demás. Tom Selleck, con su eterno bigote, se ha convertido en una suerte de institución de la televisión estadounidense, siendo Jesse Stone uno de sus principales logros como intérprete, un personaje que transmite como pocos una enorme humanidad y también una visión muy exacta sobre el mundo que nos rodea.

Título original: Jesse Stone (películas de Jesse Stone: Stone Cold, Night Passage, Death in Paradise, Sea Change, Thin Ice, No Remorse, Innocents Lost, Benefit of the Doubt y Lost in Paradise. / Director: Robert Harmon y Dick Lowry / Intérpretes: Tom Selleck, Kohl Sudduth, Leslie Hope, Kerri Smith, William Sadler, Goria Reuben, William Devane, Luke Perry, Stephen MacHattie, Kathy Baker, Viola Davis, Polly Shannon y Saul Rubinek / Años: 2005-2015.