Bob Crane fue uno de los comediantes más famosos de Estados Unidos en la década del 60`. Gran parte de dicha fama se originó en su programa de radio y, posteriormente, a partir del protagónico en la serie de televisión Los Héroes de Hogan, en donde Crane interpretaba al relajado Coronel Hogan atrapado en un campo de prisioneros nazi. La serie produjo revuelo en su época porque pocos apostaban a un show cómico en torno a aliados y soldados alemanes, incluso teniendo todavía muy presente los resabios de la Segunda Guerra mundial y los efectos del Holocausto. Sin embargo, lo políticamente incorrecto no fue tema y la serie de Crane se transformó en una de las más populares de la década.

Todo lo anterior parece ser la típica historia en torno a un éxito televisivo, con un protagonista que antecedió a otros cómicos como Robin Williams y Steve Martin. Pero Bob Crane también tenía otros secretos que se relacionaban con una vida licenciosa, en la cual la voracidad por el sexo era una obsesión que finalmente lo condujo a una muerte en extrañas circunstancias.

Paul Schrader se caracteriza por una filmografía irregular y su permanente interés entre la fina línea que hay entre la moralidad y el pecado sumado a sus cuestionamientos religiosos y el sacrificio (Cat People, Affliction, Mishima, American Gigolo). Taxi Driver es y seguirá siendo una obra de Martin Scorsese, pero en esencia es Schrader, quien como guionista habla a través de un ángel exterminador. Sus ideas sobre la religión y la imagen de un Travis Bickle que a pesar de sus defectos es incluso más correcto de quienes le rodean.

En Desenfocado, Schrader fija su cámara en la vida de un hombre que representa todos los valores de la exitista sociedad estadounidense de los 60`. Bob Crane es trabajador, un buen padre de familia y, en general, nadie puede resistirse a su simpatía. Dicha estabilidad comienza a mutar en medio de la fama, los excesos y las posibilidades. En los personajes de Schrader todos tienen un punto de inflexión, ya sea por diversos factores. En Bob Crane el interés por la pornografía siempre estuvo presente. Primero como algo inocente, pero después como una necesidad voyerista. Ésta comienza cuando Crane conoce a John Carpenter (Willem Dafoe), un sujeto aparentemente inofensivo que después terminará convirtiéndose en su compañero de fechorías.

Desenfocado siempre luce limpia con tonos pasteles, con orden y equilibrio, pero Crane sucumbe a la tentación que al principio parece ser inofensiva, si bien con el tiempo ésta termina por destruirlo, alejándolo de la realidad y también de la fama que tanto se empeñó en conseguir. Schrader retrata de la historia de un ángel caído que controla y disfruta grabar en cámara sus faltas. Carpenter le proporciona a Crane los equipos que buscaba para materializar sus apetitos. Desenfocado en la historia de un hombre con una psicopatía y con los excesos propios de Hollywood. Un punto a favor del filme es la forma en que el director va mostrando la transformación de Crane, además de la caída de un ídolo incapaz de controlar sus obsesiones. Es como si se tratase de la adicción sexual del personaje de Michael Fassbender en Shame. La diferencia está en que Crane logra separar ambas vidas, siendo un padre cariñoso en el día, mientras que en la noche es simplemente un animal insaciable que establece con Carpenter una relación parecida a la de un cómplice, y en la que también se deja entrever algunas connotaciones homosexuales.

Recuerdo haber visto varias veces los capítulos de Los Héroes de Hogan en televisión y, lógicamente, uno como espectador ve simplemente a un actor talentoso y simpático en pantalla. Nunca habría pensado que Crane tenía ciertos demonios en su vida privada. Schrader juega con aquella ambivalencia personal y social durante todo el filme. En ningún caso, trata de demonizar a Crane, sino de humanizarlo en medio de sus faltas. Greg Kinnear, que comenzó su carrera como host del popular show televisivo Talk Soup de E! Entertainment Television, realiza una de sus mejores interpretaciones al construir un personaje al que simplemente le gusta el sexo y que no puede dejar de pensar en ello. Sus desviaciones son tan intensas que tampoco logra darse cuenta de que su estilo de vida le está afectando su carrera. Cuando Los Héroes de Hogan se terminó, Crane trató de reinventarse, pero producto de sus predilecciones sexuales no consiguió la fama y la atención de antaño.

En Desenfocado Schrader muestra las contradicciones de Hollywood entre los valores que se busca mostrar en la gran pantalla versus los comportamientos licenciosos propios de la fama. Son los excesos que siempre han estado presentes en la industria del cine y cuyas víctimas suelen ser sujetos como Crane cada cierto tiempo (recordemos a John Belushi, Chris Farley y al mismísimo Charlie Sheen).

El fallecimiento de Bob Crane se produjo en medio del misterio y la brutalidad. Su cara fue literalmente aplastada mientras dormía y hasta el día de hoy se cree que fue su amigo John Carpenter el causante, si bien nunca hubo pruebas suficientes. Años más tarde, Carpenter también falleció y con él se fue la verdad detrás del crimen de Crane, un hombre que bailó con el diablo y sus deseos muchas veces, y que tuvo que llegar a su fin en forma sorpresiva y cruel. Schrader en Desenfocado muestra cuando la vida pierde visión. Al término del filme es imposible no sentir lástima por Crane, por un hombre con talento que lo tuvo todo y que al final perdió su esencia sólo y en una habitación con fotografías y videos con registros de su lado más oscuro. Desenfocado es una obra reveladora, sin mayores sermones y sólo con los acontecimientos de un hombre, de un comediante, que lo tuvo todo para después perder cada uno de sus logros como padre, como profesional y como artista.

Título original: Auto Focus (Desenfocado) / Director: Paul Schrader / Intérpretes: Greg Kinnear, Willem Dafoe, Maria Bello, Rita Wilson, Kurt Fuller, Ron Leibman y Michael McKean / Año: 2002.