El relato Vuelta de Tuerca del escritor Henry James es la principal inspiración de Los Inocentes, filme a cargo del cineasta británico Jack Clayton protagonizado por la actriz Deborah Kerr. El filme nos presenta a Miss Giddens, una institutriz que tiene la misión de acompañar y educar a Miles (Martin Stephens) y Flora (Pamela Franklin), sobrinos de un acaudalado hombre de negocios que no desea tener cargas familiares. Miss Giddens es la persona seleccionada para dicha tarea, para lo cual se traslada a la finca de la familia. En dicho lugar descubrirá una historia vinculada a los deseos sexuales, la corrupción de la inocencia y la presencia de fantasmas.

Vuelta de Tuerca es considerado uno de los trabajos más famosos de Henry James, obra que además representa un estudio psicológico sobre la corrupción moral en contraposición al moralismo y tradicionalismo de la sociedad británica de fines del siglo XIX. Su adaptación al cine fue bastante fiel a la propuesta narrativa, si bien el filme exploró con mayor libertad algunas referencias sexuales (considerar que Truman Capote estuvo vinculado al proyecto en calidad de guionista). Estamos ante una obra cinematográfica que se sustentó en la insinuación en vez de los golpes de efecto. El director Jack Clayton trabajó con detalle los ambientes que son parte de un escenario visual en ocasiones gótico, con evidentes referencias al expresionismo alemán. Artífice de este estilo deliberado es el director de fotografía Freddie Francis (El Hombre Elefante, The Straight Story, Cabo de Miedo, Glory), quien utilizó las sombras como extensión psicológica de niños asediados por espectros que alguna vez fueron seres humanos viles, manipuladores y también abusadores. El talento de Francis como creador de ambientes lo podemos apreciar, además, en su trabajo como director (especial atención a The Creeping Flesh y Tales From the Crypt).

Miss Giddens al principio reacciona incrédula ante los hechos que se le presentan, si bien logra comprender la manipulación moral a la que están supeditados sus dos pupilos. Ambos niños son inocentes los que producto del abandono, y la imposibilidad de acceder a una figura paterna, recibieron influencias negativas de parte de los adultos. El filme no es un sermón moralizante, pero sí una advertencia de cuando se cruzan determinadas líneas, en especial cuando se trata de jóvenes influenciables ante estímulos externos. Aquí podemos observar ciertos subtextos sobre el abandono infantil, además de la transmisión de vicios de supuestas figuras paternales, las que buscan la corrupción sexual para propósitos personales.

La interpretación de Deborah Kerr tiene algunos ecos de filmes previos, principalmente de Narciso Negro de Michael Powell y Emeric Pressburger. Representa la represión sexual, además de ser la fuerza moralizante destinada a salvar a los niños de espíritus libertinos. No obstante, ambos infantes entre risas, conversaciones al oído y juegos van transitando hacia la destrucción de sus respectivas voluntades. Jack Clayton prioriza un contexto de infanticidio mental junto con imágenes de siluetas, sombras y apariciones que desde lo mundano provoca momentos bastante perturbadores.

La primera vez que vi Los Inocentes quedé estupefacto por el trabajo interpretativo de sus protagonistas y, sobre todo, por su puesta en escena (algo muy parecido a lo que me sucedió con The Haunting yThe Legend of Hell House). Los Inocentes es una película elegante e ingeniosa en la utilización del plano sonoro y de puntos de vista respecto de situaciones que no se ven y otras que están a simple vista. Hay omisiones morales que no se muestran, pero éstas se relatan indirectamente, y es ahí en donde se produce el mayor de los miedos. Deborah Kerr transmite con sus ojos agonía y determinación, una suerte de heroína de acción de vestidos largos y encajes. También sobresalen los niños, siendo Pamela Franklin una de las mejores intérpretes infantiles que he visto en mi vida. Franklin también destacó durante su carrera en filmes como The Prime of Miss Jean Brodie y en la citada The Legend of Hell house, para luego retirarse abruptamente del cine. A todas estas bondades interpretativas y visuales se suma el talento como director de actores de Jack Clayton, cineasta que dirigió muy poco, y quien más de una década más tarde adaptaría a la pantalla otro clásico literario, El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. Los Inocentes es una película que perturba, ya sea por insinuaciones y actitudes, a la vez que es un testimonio esencial del cine de terror de los años sesenta.

Título original: The Innocents (Los Inocentes, ¡Suspense! Posesión Satánica) / Director: Jack Clayton / intérpretes: Deborah Kerr, Peter Wyngarde, Michael Redgrave, Pamela Franklin, Martin Stephens, Clytie Jessop y Megs Jenkins / Año: 1961.